Ahora Wal-Mart, una empresa que tiene en plantilla a más de 1,3 millones de empleados a los que paga de media algo menos de 10 dólares por hora, quiere promover el incremento del salario mínimo con el pretexto de que es demasiado bajo, pero el motivo real es que haciéndo esto los costes de algunos de sus competidores si incrementarían, ya que tienen menos participación en el mercado y sus economías de escala no les permiten ofrecer a sus empleados más del salario mínimo.
Se trata de un claro ejemplo de cómo las iniciativas de Responsabilidad Social Corporativa no son más que marketing social orientado a mejorar la posición la compañía en el mecado. Si los competidores de Wal-Mart incrementan sus costes tendrán que subir también los precios, y entonces no podrán competir con los del gigante de la distribución con mayores economías de escala. Así que al final, Wal-Mart gana y sus competidores pierden, y cuando en un mercado hay demasiada concentración son los clientes los que acaban pagando.
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